¿Y POR CASA CÓMO ANDAMOS?[1]
(Nota publicada en el Boletín 2008)
En la Reunión Abierta de la AGD Económicas, realizada el 27 de agosto de este año, se presentó un informe sobre nuestra situación en la Facultad, en el cual se evaluaron los datos provenientes del padrón docente a la luz de lo expuesto en el Estatuto Universitario.
Teniendo en cuenta que la información que surge del padrón docente nos limita en un doble sentido, en primer lugar, por el hecho de que sólo refiere a los cargos y sus características, y, en segundo lugar, por excluir a un gran número de compañeros que dictan clases y/o realizan tareas de investigación sin poseer el nombramiento correspondiente; haremos un breve repaso de las principales conclusiones del informe.
Gráfico 1. Porcentaje de cargos según sean rentadas o no respecto del total.
En primer lugar, en nuestra Facultad la mayoría de los docentes (el 62% de los 3.442) no perciben ningún tipo de remuneración por la actividad que realizan, y los que sí la perciben lejos están de encontrarse en una situación de holgura económica, no sólo a causa de los bajos salarios, sino también por la existencia de personas que reciben una renta que no representa la totalidad de las actividades que realizan, por ejemplo las personas que poseen cargo/s rentado/s, pero otro/s ad-honorem o las subrogancias, esto es, el hecho de encontrarse rentado por cargos menores a los que en realidad se desempeñan. Este problema resulta mayor al recordar que los docentes que no perciben un salario carecen de todos los beneficios de la Seguridad Social (Aportes Jubilatorios, Obra Social, ART, etc.) que están “atados” al mismo. Incluso más, esta situación es más grave si se considera a aquellos compañeros (cuyo número desconocemos) que dan clases y que no sólo no poseen el reconocimiento económico correspondiente, sino que tampoco están nombrados, lo cual, según dichos del actual Decano de la FCE-UBA, lo “compromete penalmente”.
En segundo lugar, otro gran problema es el de la representatividad de los Consejeros Directivos elegidos por el claustro de profesores, los cuales, debido a la falta de concursos, representan a un poco más de un cuarto de los mismos (sólo 477 de los 1.299 profesores votan). En este sentido, si bien entendemos que existen ciertas limitaciones establecidas por el Estatuto, no por ello desconocemos la intencionalidad de parte de las autoridades de no modificar la situación actual.
Por último, resulta de suma importancia recordar que más allá de estas irregularidades en lo que hace a nuestras condiciones de trabajo, esta situación también afecta a la calidad educativa de la Facultad. La falta de cargos de dedicación exclusiva y semiexclusiva, y de cargos rentados obliga a los docentes a buscar una fuente de ingresos por fuera de Económicas, incluso por fuera de la UBA. Como consecuencia de ello, los docentes carecemos del tiempo que requiere la actividad que desempeñamos, la cual no incluye sólo las horas en frente del curso, sino también la preparación de las clases, la investigación, la capacitación, el seguimiento del estudiantado (a través de la corrección de parciales, trabajos prácticos, etc.), reuniones de cátedra, etc. A su vez, la falta designaciones por concursos (no sólo de los profesores, sino también de los auxiliares) no sólo contribuye al manejo clientelar de los cargos docentes y la falta de representatividad del consejo directivo, sino también con el vaciamiento académica de la FCE.
Gráfico 2. Porcentaje de cargos según su dedicación respecto del total.